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Discurso de bienvenida pronuncidado por la presidenta del Parlamento, Dolores Gorostiaga:

"Amigos y amigas

Un año más este Parlamento acoge uno de los actos, a mi juicio, de mayor simbolismo para Cantabria.

Como ya me habéis oído en otras ocasiones, el Parlamento es la casa de todos los cántabros y las cántabras, pero hoy aquí esta casa acoge a una parte muy especial de nuestra familia.

Los miembros de esta familia son, por una parte, aquellos conciudadanos y conciudadanas que presentan capacidades diferentes, lo que en ocasiones les genera dificultades en una sociedad que todavía no ha sido capaz de asimilar esas circunstancias diferenciadoras.

Y por otro lado, en esta gran familia están aquellos y aquellas que rodean, acogen y animan a las personas con capacidades diferentes.

Mirad, el pasado miércoles me invitasteis a participar en la jornada de sensibilización que el CERMI organizó en el Palacio de Deportes de Santander.

No es la primera vez que participo en este tipo de actividades, porque como ya sabéis estoy especialmente sensibilizada con vuestra causa.

Pero en esta ocasión, percibí de forma más profunda que en otras ocasiones el ambiente de alegría, entrega y compromiso de aquellos que acompañan y, si es necesario, ayudan en el día a día a las personas con capacidades diferentes.

Por supuesto que tenemos que reconocer la enorme labor de las organizaciones, repletas de voluntarios, que articulan a esta gran familia, y que se agrupan en torno al CERMI.

Estas organizaciones, públicas y privadas, realizan una labor encomiable que no siempre es reconocida en toda su extensión.

Pero me vas a permitir que en esta ocasión haga una especial referencia a las familias y amigos de las personas con capacidades diferentes.

Ellos batallan todas las horas del día, todos los días del año para que los derechos de sus seres queridos sean reconocidos en una sociedad que, a pesar de los avances, todavía no ha puesto los medios para normalizar totalmente la vida de esta personas.

Me resulta verdaderamente emocionante comprobar la ilusión, el empuje, la voluntad decidida de esos familiares y amigos que, sin descanso, pelean contra las injusticias y no exigen, no caridad ni lástima, si no respeto al resto de la sociedad.

A todos ellos, y en nombre de esta gran familia, les digo, gracias,

Gracias, porque sois un ejemplo que todos debemos seguir.

Como Presidenta es para mi un orgullo que este Parlamento sea la cita obligada anual de esta gran familia en el Día Internacional de las Personas Discapacitadas. Y aún más cuando se cumplen 10 años de la Convención.

Desde este cámara legislativa, además de compartir con vosotros estas instalaciones, estamos empeñados en avanzar con paso firme hacia la total integración de las personas con capacidades diferentes.

La Comisión Especial sobre Discapacidad es un buen ejemplo, y un magnífico foro donde podías expresar y compartir con los diputados y diputadas, es decir vuestros representantes, las aspiraciones y deseos a los que, como ciudadanos, tenéis derecho.

Os aseguro que todos los miembros de este Parlamento, incluidos los trabajadores públicos que ponen su trabajo para que este acto disfrute de la solemnidad que se merece, estamos dispuestos a trabajar en las líneas que estiméis más efectivas, tanto legislativas como de sensibilización permanente de la sociedad.

También desde el Gobierno cántabro, se han dado pasos importantes y se siguen dando para garantizar los derechos de las personas con discapacidad.  Tenemos con nosotros a la Vicepresidenta, Eva Díaz Tezanos, que luego os comentará más cosas.

Hay que reconocer esos avances, que desgraciadamente no se producen ni en otros países ni en otros continentes.

Pero también es cierto que no podemos bajar la guardia. Hay que seguir luchando para eliminar barreras, hasta que ningún cantabro o cántabra sufra discriminación de ningún tipo por el mero hecho de presentar capacidades suficientes.

Yo personalmente me comprometo a mantener viva la llama de vuestras reivindicaciones, dentro y fuera de este Parlamento, cuyas antiguas paredes son testigos de su vocación de servicio.

Un año más, por tanto, doy la bienvenida a esta gran familia de la que, espero, me consideréis, que nos consideréis como un miembro más.

Muchas gracias.