DIA DE LAS INSTITUCIONES
Discurso del presidente del Parlamento en Puente San Miguel, 28 de julio de 2011.
- Sr. Presidente del Gobierno de Cantabria,
- Sr. Delegado del Gobierno de la Nación,
- Sr. Alcalde de Reocín,
- Ilustrísimas Autoridades representantes de las Instituciones de Cantabria,
- Sras. y Sres.
Nos convoca hoy aquí a todos la celebración del Día de las Instituciones, en una fecha -el 28 de julio- conmemorativa de un hecho histórico cargado de simbolismo. Tal día como hoy, en 1778, en esta villa de Puente San Miguel, que entonces se llamaba Bárcena de la Puente, la Junta de los Nueve Valles de las Asturias de Santillana celebró una gran Asamblea, con el objetivo de constituir un “cuerpo de provincia” al que denominó “Provincia de Cantabria”.
La aspiración a unificar los fragmentados territorios de la región, la elaboración de unas Ordenanzas por las que regirse y, sobre todo, la recuperación del nombre de “Cantabria” para nombrar al recién nacido “cuerpo de provincia”, han dotado a este hecho histórico de una connotación simbólica como antecedente, raíz y cimiento de nuestra Comunidad Autónoma.
Los grandes ideales de aquella Asamblea de élites hidalgas, que por el signo de los tiempos no era ni liberal ni democrática, se encuadraban en la mentalidad ilustrada del momento: la virtud, la paz, la concordia, la armonía entre los pueblos y el bienestar universal. Quiero enfatizar y, esto sí constituye un precedente más que simbólico de nuestras Instituciones, que aquella Asamblea se ocupaba y preocupaba de los problemas reales y concretos de sus gentes, de las vías de comunicación, de la seguridad, de los impuestos,... problemas todos ellos que siguen de permanente actualidad en el momento presente.
Y por su especial calado histórico, el 28 de julio ha sido la fecha señalada para celebrar nuestras actuales Instituciones Democráticas, las que emanan de la Constitución Española y establece nuestro Estatuto de Autonomía. De ahí el nombre de esta fiesta: EL DÍA DE LAS INSTITUCIONES. Hoy es, en efecto, un día de celebración para Cantabria.
Porque nuestras Instituciones, desde su origen, han garantizado y siguen garantizando las mayores cotas de libertad, pluralismo, igualdad y progreso económico y social de las que jamás ha disfrutado Cantabria. Hoy celebramos que nuestras Instituciones democráticas constituyen la mejor garantía de participación y representación ciudadana. En el Parlamento, Ayuntamientos y demás Instituciones se encuentran plenamente representados los votos de los ciudadanos que allí se convierten en diputados y concejales que, a su vez, eligen los cargos de gobierno.
Es en las Instituciones en las que se debaten los problemas de la ciudadanía y se adoptan las decisiones con total publicidad y transparencia. Y se hace con las solas armas del debate, la confrontación dialéctica y la palabra, palabra que responde a las diferentes opciones políticas representadas, porque es enriquecedor que los problemas sean abordados desde distintas perspectivas y que sobre los mismos se planteen soluciones diversas.
En democracia, tan importante es el gobierno como la oposición, cuya función es imprescindible para impulsar y mejorar la acción de gobierno. Y también es hoy motivo de celebración el alto grado de consolidación que nuestras Instituciones han alcanzado, como se ha puesto de manifiesto con el perfecto funcionamiento del juego democrático en las elecciones del pasado día 22 de mayo.
Dicho día, los ciudadanos cántabros, con plena libertad, decidieron con sus votos las personas que quieren que los representen en las Juntas Locales, los Ayuntamientos y el Parlamento. Y con total normalidad se han conformado ulteriormente las nuevas mayorías, la oposición y los respectivos gobiernos de las Instituciones. Deseo referirme ahora a la Institución que tengo el honor de presidir, el Parlamento de Cantabria, pues es la que más auténticamente expresa la voluntad de los cántabros.
Quiero resaltar el intenso trabajo de los diputados de nuestro Parlamento, de todos, tanto de los del grupo que apoya al gobierno como de los de la oposición. Todos nos esforzamos por aportar nuestro mejor saber hacer en el análisis, debate y toma de decisiones sobre los problemas y cuestiones que, en nombre de los ciudadanos, abordamos y resolvemos. Todos los diputados nos debemos a los ciudadanos que han depositado su confianza en nosotros y, por ello, es nuestra obligación practicar y defender los valores de la humildad, la cercanía y la honradez y rechazar cualquier comportamiento que atente contra dichos valores.
Nuestro Parlamento es la Casa de los cántabros y, como tal, ha de tener una relación fluida, directa e inmediata con los ciudadanos a los que sirve y representa, para que puedan conocer con total transparencia lo que hacemos los parlamentarios día a día. Un mejor conocimiento supondrá, sin duda, una mejor valoración. Lo decía ya el clásico adagio escolástico: “nihil vólitum quin praecógnitum”, nada se estima y valora si de antemano no se conoce en profundidad.
Para facilitar este conocimiento, desde la semana pasada, los portones del palacio de San Rafael permanecen abiertos, de modo que, sin cita previa, todo ciudadano de Cantabria que lo desee pueda visitar su Casa. Y en este espíritu de apertura a los ciudadanos, les invitamos a que nos visiten no solo presencialmente, sino también a través de las puertas virtuales de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, que facilitan enormemente el acceso al Parlamento y a sus actividades.
Estamos mejorando nuestro Portal de Internet y hemos abierto ya canales propios en las redes sociales, no sólo para informar de lo que hacemos, sino para que se produzca también la fluida interacción que permiten estas nuevas formas de comunicación. Tenemos por delante un reto y trabajo intenso, pero nos vamos a dedicar a ello para hacer realidad esa voluntad que todos compartimos de abrir el Parlamento a sus ciudadanos.
Finalizo. Iniciamos la VIII legislatura y deseo referirme al quehacer de futuro que nos aguarda a las Instituciones en los próximos 4 años, y enlazo con lo apuntado al principio de esta intervención. Al igual que aquella Asamblea primitiva se preocupaba en 1778 de los problemas reales de la gente de su tiempo, en nuestro Parlamento nos comprometemos a estudiar, analizar, debatir y adoptar las mejores medidas para intentar resolver el grave problema de la crisis económica en el que nos hallamos inmersos. Y, sobre todo, el del paro, como dramática consecuencia para muchos ciudadanos de dicha crisis.
En ello nos centraremos y en ello pondremos nuestro mejor entender y saber hacer. Muchas gracias y ¡Vivan las Instituciones de Cantabria! ----------------