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LOS AYUNTAMIENTOS HAN RESPONDIDO "CON VALENTÍA" AL DEFENDER A "SUS VECINOS DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL", AFIRMA DOLORES GOROSTIAGA EN LA FMC

Viernes, 20 de Octubre de 2017

"Cuando otras administraciones o no querían o no podían atender las crecientes necesidades de los ciudadanos, habéis sido los ayuntamientos quienes habéis puesto en marcha mecanismos, que superan con mucho vuestras competencias, pero que han atendido las necesidades más acuciantes en materias como la vivienda, los servicios sociales o el empleo", ha señalado la presidenta del Parlamento de Cantabria, Dolores Gorostiaga, en la Asamblea anual de la Federación de Municipios de Cantabria  (FMC) celebrada en Unquera (Val de San Vicente).

La XXXI Asamblea General de la Federación de Municipios de Cantabria (FMC), ha conmemorado su 25 aniversario, y ha sido presidida, además de la presidente del Parlamento, por el consejero de Presidencia y Justicia del Gobierno cántabro, Rafael de la Sierra; el delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruíz; el presidente de la FMS, Pablo Diestro y el alcalde de Val de Vicente, Roberto Escobedo.

Dolores Gorostiaga ha añadido que, en el reajuste y modernización de nuestro sistema institucional, "los ayuntamientos deben seguir reclamando un papel más protagonista en esta nueva etapa, en la que tenemos que afrontar nuevos retos". Sin embargo, ha advertido que esta renovación no debe basarse en una "polìtica de tierra quemada".

"La evolución de las sociedades modernas se basa en la sabia combinación entre el conocimiento que acumulan los mayores y el impulso entusiasta de las nuevas generaciones", ya que cuando no se ha respetado este equilibrio, "el resultado ha sido el desastre", ha afirmado la presidenta del Parlamento cántabro.

Gorostiaga ha opinado, asimismo, sobre el tema Cataluña: "No cabe duda de que se han cometido errores por ambas partes, pero tal y como se están planteando las cosas, la hasta ahora respetable, aunque no la comparta, aspiración de los independentistas se está transformando en una suerte de autoritarismo que impone su ley y dibuja un paraíso utópico, al tiempo que acalla cualquier opinión crítica". "Este fenómeno no es nuevo en la historia de Europa, y su consecuencia más grave es una fractura de la sociedad de resultados inciertos", ha añadido.

Para concluir, ha afirmado que muchos expertos "anuncian que el siglo XXI va a ser el de los ayuntamientos. Pues ya es hora, diría yo", al tiempo que ha animado a los alcaldes y concejales "a seguir mejorando y ampliando la respuesta a los problemas" de los y las cántabras.

TEXTO INTEGRO DE LA INTERVENCIÓN

Dolores Gorostiaga

Presidenta del Parlamento de Cantabria

 

- Sr. Presidente de la Federación de Municipios de Cantabria

- Sr. Consejero de Presidencia y Administraciones Públicas del Gobierno de Cantabria

- Sres y Sras. alcaldes y alcaldesas

- Sres y Sras. Concejales y concejalas

Como presidenta del Parlamento de Cantabria, es para mi un momento de especial importancia pronunciar esta breve intervención con motivo de la Asamblea Anual de la Federación de Municipios.

Y más aún si la Federación conmemora su 25 aniversario.

Más tarde se procederá a leer un Manifiesto, pero para iniciar mis palabras me vas a permitir que subraye la trascendencia de esta efeméride, y que engarza con alguna de las reflexiones que voy a compartir con todos y todas vosotras.

En la época de la inmediatez, del titular de impacto, de los golpes de efecto televisivos pero fugaces, de los argumentos constreñidos a 140 caracteres, que una organización alcance los 25 años de vida ya evidencia sin lugar a dudas que su labor ha sido y continúa siendo de gran utilidad.

Ha sido útil para los municipios, y especialmente para  la sociedad de la que forma parte.

Reivindicaciones comunes, intercambio de ideas y de buenas prácticas, puesta al día en los cambios normativos, desarrollo de programas que atienden a necesidades comunes, y una larga relación de beneficios para los municipios, pero sobre todo para los hombres y mujeres que viven en esos ayuntamientos, son los que han sustentado la existencia de esta Federación durante un cuarto de siglo.

Por todo ello, no cabe más que felicitaros como los representantes más cercanos a los ciudadanos y ciudadanas y animaros a que, con los ajustes necesarios, no perdáis ni el espíritu fundacional ni la suma de voluntades, esfuerzos y recursos que han articulado los 25 años de esta Federación.

Decía al principio que esta Asamblea es de especial relevancia por este cumpleaños, pero también porque, como todos los presentes ya sabemos, vivimos en España una crisis que está poniendo a prueba el entramado constitucional que hemos ido construyendo  desde 1978.

Los cimientos que plantamos los españoles y españolas hace ya casi 40 años, en este país tan dado a la más feroz autocrítica, nos han permitido disfrutar de un periodo de democracia, de estado de derecho y de desarrollo del bienestar inédito en nuestra convulsa historia.

No voy a decir que estos años han sido un camino de rosas, pero hasta ahora hemos sido capaces de resolver las dificultades y los conflictos con cierta solvencia.

Ya hice referencia el año pasado en este mismo foro a la profunda crisis económica internacional que nos ha azotado a todos, y de forma especial a los ciudadanos y ciudadanas más indefensos.

Hemos tenido que pagar, y aún lo estamos haciendo, un alto precio por esa crisis, y las heridas en  nuestro sistema de bienestar no se van a cerrar de la noche a la mañana.

Pero me gustaría destacar aquí de nuevo el papel ejemplar que habéis jugado los ayuntamientos en estos duros años.

Cuando otras administraciones o no querían o no podían atender las crecientes necesidades de los ciudadanos, especialmente de aquellos más castigados, habéis sido los ayuntamientos quienes habéis puesto en marcha mecanismos, que superan con mucho vuestras competencias, pero que han atendido las necesidades más acuciantes en materias como la vivienda, los servicios sociales o el empleo.

Este último punto, el del empleo, ha sido donde los ayuntamientos han conseguido defender a muchos de sus vecinos de la exclusión social, siempre colaborando y ampliando los programas de empleo puestos en marcha por el Gobierno cántabro.

Si esa labor de amortiguación municipal, las consecuencias de la crisis habrían sido mucho más dolorosas.

Cuando ha sido necesaria una acción urgente en beneficio de una ciudadanía herida y desesperada, los ayuntamientos habéis respondido con valentía.

Ahora quizá nos toca revisar todo el entramado para definir de manera menos provisional qué rol deben desarrollar los ayuntamientos en esta nueva etapa.

Los que tenemos responsabilidades en la gestión y representamos a todos los cántabros y cántabras, debemos ser sensibles a las peticiones de aquellos que nos piden reajustar el sistema, para ser más eficaces en la solución de sus problemas, los ya conocidos y otros nuevos que ni podíamos imaginar.

Y son precisamente los ayuntamientos, aquí representados, quienes, como ya han demostrado en el pasado reciente, pueden responder con más eficiencia a las reclamaciones de nuestros convecinos.

Es verdad que la arquitectura institucional y el papel de los municipios se ha ido adaptando, a lo largo del tiempo, desde aquella 1º Ley de Bases de Régimen Local.

Soy de la opinión de que, en ese reajuste y modernización de nuestro sistema institucional, los ayuntamientos deben seguir reclamando un papel más protagonista en esta nueva etapa, en la que tenemos que afrontar nuevos retos.

Pero también estoy convencida de que el derribo del sistema, el rechazo irreflexivo a lo que ha funcionado bastante bien durante años, o lo que es lo mismo, la política de tierra quemada, no es un camino que debamos transitar.

La evolución de las sociedad modernas se basa en la sabia combinación entre el conocimiento que acumulan los mayores y el impulso entusiasta de las nuevas generaciones.

Como nos demuestra la historia, cuando no se ha respetado este equilibrio, el resultado ha sido el desastre.

Por tanto, os animo a todos vosotros a reclamar un papel más protagonista en la futura  arquitectura institucional, y que lo hagáis poniendo en valor las aportaciones de los vecinos más experimentados y las nuevas ideas que proponen los más jóvenes.

El año pasado año os proponía el diálogo como método de trabajo, y en esta ocasión insisto en el diálogo pero generacional, porque sólo los necios creen tener todas las soluciones a todos los problemas.

No quiero alargarme mucho más y para terminar creo que es imprescindible hacer una referencia al otro elemento que ha venido a complicar la citada crisis institucional y que no es otro que el problema territorial creado en Cataluña.

Como primera idea, diré que, a mi juicio, la postura de muchos catalanes independentistas es precisamente la que nunca trae nada bueno: la de la tierra quemada.

Como el sistema no reconoce en toda su extensión mis aspiraciones, lo que hago es dinamitar el sistema: Pero, paradójicamente, lo hago bajo el paraguas de ese sistema.

No reconozco el marco legal y por tanto no reconozco las decisiones judiciales y, lo que es peor, hago oídos sordos a todos aquellos que no comulgan con mis ideas.

No cabe duda de que se han cometido errores por ambas parte, pero tal y como se están planteando las cosas, la hasta ahora respetable, aunque no la comparta, aspiración de los independentistas se está transformando en una suerte de autoritarismo que impone su ley y dibuja un paraíso utópico, al tiempo que acalla cualquier opinión crítica.

Este fenómeno no es nuevo en la historia de Europa, y su consecuencia más grave es una fractura de la sociedad de resultados inciertos.

Ahora más que nunca debemos estar atentos para no ahondar en los odios, porque cuando la razón deja paso a las emociones, la política deja de ser un instrumento válido y pacífico para organizarnos.

Y a veces, por no decir casi siempre, no se elige entre el bien o el mal, sino entre los preferible y lo detestable.

Por ello es importante que seamos muy cuidadosos para que las esperanzas que damos hoy no se conviertan en las frustraciones del mañana.

Solo con serenidad y firmeza de convicciones profundas, podremos resolver este gran reto que nos conmina a rehabilitar algunos de nuestros cimientos institucionales antes de que las grietas amenacen con ruina.

En este papel de revisión razonada y pausada, es decir, lejos del tumulto callejero; el papel de conexión entre las instituciones y los ciudadanos que exigen más a sus gobernantes; el papel de equilibrio y diálogo responsables, sois vosotros, los ayuntamientos, los protagonistas.

Muchos expertos anuncian que el siglo XXI va a ser el de los ayuntamientos. Pues ya es hora, diría yo.

Por tanto, ya para concluir, os animo a seguir mejorando y ampliando la respuesta a sus problemas que están esperando de vosotros los cántabros y las cántabras.

 

Muchas gracias