LOS GITANOS DE CANTABRIA CELEBRARON SU DÍA INTERNACIONAL EN EL PARLAMENTO DE CANTABRIA
El Patio Central del Parlamento de Cantabria acogió los actos de celebración del Día Internacional del Pueblo Gitano.
DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL PARLAMENTO
Sed bienvenidos de nuevo este año al Patio del Parlamento, que se convierte hoy en lugar de acogida para todos vosotros, los gitanos y gitanas de Cantabria.
Celebramos hoy, el Día Internacional del Pueblo Gitano y lo hacemos porque tal día como hoy, en 1971, se celebró en Londres el Primer Congreso Mundial Gitano, en el que se les reconoció a los millones de gitanos de todo el mundo la categoría de PUEBLO, con su historia, su identidad propia, su cultura, su himno y su bandera.
Un año más, y como ya viene siendo tradición, la Plataforma “Romanés” habéis querido celebrar vuestro Día Internacional en este Parlamento, conscientes de que formáis parte de la población de Cantabria, a la que el Parlamento representa sin distinción alguna por razón de condición social, raza o etnia.
Sabéis muy bien, además, que el Parlamento encarna los valores del pluralismo, de la convivencia, y de la integración, aspiraciones todas ellas propias del Pueblo Gitano.
El día de hoy constituye un buen momento para que todos reflexionemos sobre los problemas que os afectan y particularmente sobre las discriminaciones que aún seguís sufriendo en nuestra sociedad.
La crisis económica, como bien sabéis, ha golpeado estos últimos años con especial virulencia a vuestro colectivo, el doble en términos generales que al resto de la población.
Pero, al parecer, todos los indicios apuntan a que estamos comenzando a remontar la mencionada crisis y este es el momento clave para que todos, pero sobre todo los jóvenes gitanos, se preparen para el futuro.
Todos coincidimos en que la educación de calidad y la buena formación de los jóvenes gitanos constituyen los pilares básicos para su inserción laboral.
A mayor y más especializada cualificación, más abierto será el abanico de posibilidades de elección y mayores serán su probabilidades de éxito en el mundo laboral, sobre todo cuando lo que aspiramos es a encontrar un trabajo por cuenta ajena.
Sin embargo, en el ámbito de la formación, y aunque haya habido avances significativos en la enseñanza Primaria, persisten, hoy por hoy, grandes diferencias entre la situación educativa de la población escolar gitana y el resto de los escolares, en la Educación Secundaria Obligatoria.
La inflexión negativa se centra en la etapa de la ESO, y sobre todo a partir de los 14 años.
Los problemas se inician en el elevado absentismo escolar, típico entre los jóvenes gitanos de estas edades, y en el consiguiente al desfase curricular: a los 14 años sólo el 26% de los escolares gitanos está matriculado en el curso que les corresponde por su edad.
La consecuencia más preocupante es la tasa de abandono escolar temprano en la ESO, que se eleva entre los escolares gitanos a más del 60%, mientras que en el resto de la población está en torno al 25%. En Bachillerato la situación se torna aún más dramática: no llega al 4% la tasa de jóvenes gitanos matriculados, frente al 50% del resto de la población escolar.
Este es hoy el reto. Los problemas del absentismo y del abandono educativo de los jóvenes gitanos durante la ESO nos atañen a todos: A la Administración Educativa, a los Centros de Secundaria, pero sobre todo a las propias familias gitanas.
Es necesario superar viejos prejuicios. Los padres y familias gitanas tienen que asumir que si aspiran a que sus hijos encuentren en el futuro un puesto de trabajo, social y laboralmente digno, sus hijos tienen que formarse en pie de igualdad con el resto de los jóvenes no gitanos.
Es preciso que las adolescentes gitanas, que por cierto tienen mejor rendimiento académico que el de los chicos de su misma etnia, continúen sus estudios en los Institutos, tras su desarrollo físico, y es necesario acabar de una vez por todas con las reticencias del entorno familiar y social en tal sentido.
Debo decir que existirán otras motivaciones, pero que la principal causa, y por lo mismo la solución, a las deficiencias educativas de las niñas y niños gitanos, residen en los propios padres y en su ambiente familiar.
Los padres gitanos tienen que saber que el absentismo está en la base del abandono escolar. El absentismo provoca en sus hijos el retraso, les dificulta o impide el seguimiento de las clases, se frustran, se desmotivan y finalmente abandonan antes de concluir la Secundaria Obligatoria.
También es importante el influjo y presión ambiental y social. Me consta que la Plataforma “Romanés” viene luchando en este ámbito de la educación y la formación desde su fundación, consciente de sus implicaciones para el ámbito del empleo.
Pero hago un llamamiento aquí a toda la comunidad gitana, a todos los gitanos de mayor relevancia, a los que tienen autoridad, para que se impliquen en esta lucha.
A nivel individual, la conclusión de la ESO va a constituir para los jóvenes gitanos un pilar básico para su itinerario personal y académico y para su inserción laboral.
Pero también es fundamental para la Comunidad gitana en general, y esto han de tenerlo muy en cuenta los más altos responsables de dicha Comunidad Gitana. El futuro de los colectivos depende de las trayectorias de sus miembros y la Comunidad Gitana necesita de referentes positivos con titulaciones medias, graduados superiores y con empleados altamente cualificados, de los que actualmente está aún muy necesitada.
El objetivo, pues, de que todos los jóvenes gitanos concluyan la Educación Secundaria Obligatoria, se convierte también en una prioridad para toda la Comunidad Gitana, en aras de favorecer al máximo la inserción social de dicha comunidad.
En síntesis, los gitanos de hoy queréis participar en pie de igualdad en el bienestar social y en la modernidad de la sociedad española; queréis disfrutar de una vivienda digna y de un puesto de trabajo adecuado; queréis participar en la representación social y política, y, en una palabra, queréis tener las mismas oportunidades que la población no gitana. Pues bien, para ello, tenemos que ser conscientes todos de que la formación y la educación de calidad de los jóvenes gitanos constituyen la mejor herramienta para conseguir esta igualdad de oportunidades.
Quiero terminar recordando el triple valor simbólico de este Día Internacional del Pueblo Gitano:
- Por un lado, la celebración festiva, que conmemora la salida de los romaníes de la India, hace ya más de un milenio,
- Por otro, el del homenaje dedicado a todos aquellos que, a través de la historia, vieron truncadas sus aspiraciones a causa del odio y de la intolerancia hacia vuestra etnia, y
- Finalmente, el carácter reinvidicativo, por el derecho a la cultura romaní y por la consecución de la ciudadanía plena de los gitanos.
En este último aspecto sabéis que, sin diferencias de adscripción política, el Parlamento vela con especial cuidado por el cumplimiento de vuestros derechos y libertades constitucionales, y, particularmente, por los de la igualdad ante la ley y por la no discriminación por razón de nacimiento, raza o cualquier otra condición.
Constituyen mandatos de nuestra Constitución que vino así a proteger y amparar a la etnia gitana de los siglos y siglos de racismo y de exclusión histórica, y a reconocerle los mismos derechos y deberes que al resto de los ciudadanos.
Pero, además, deseo manifestaros el apoyo unánime de este Parlamento frente a la sutil y persistente discriminación social que sufrís por parte de algunos payos, y que se traduce en recelos, desconfianzas y prejuicios, que os estigmatizan a los gitanos en ámbitos cercanos a lo delictivo.
El Parlamento será siempre beligerante frente a estas actitudes que, en el fondo, vulneran vuestros derechos, vuestro buen nombre y vuestra plena ciudadanía.
Concluyo con una felicitación y reconocimiento hacia vuestros valores ancestrales: el de la libertad por encima de todo, el de la hospitalidad, el de la fe en la palabra dada y el del profundo respeto a vuestros mayores.
¡Salud y Felicidad para todo el Pueblo Gitano!