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INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL PARLAMENTO EN LA XXVII ASAMBLEA GENERAL DE FMC

Viernes, 20 de Septiembre de 2013

El presidente del Parlamento de Cantabria participó en la apertura de la XXVII Asamblea de la Federación de Municipios de Cantabria. Le acompañaron en la mesa presidencial el presidente de la FMC, Julián Vélez, la alcaldesa de Limpias (lugar en el que se celebró el acto) María del Mar Iglesias, el delegado de Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz, y el presidente de la FEMP y alcalde de Santander, Iñigo de la Serna.

INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL PARLAMENTO

Constituye para mí un honor asistir a este acto y poder dirigirme a todos ustedes. Quiero expresar por ello, y en primer término, mi agradecimiento, por su amable invitación, al Presidente y a la Comisión Ejecutiva de la FMC para participar en este acto de apertura.

Como siempre se pone de manifiesto, pero no por ello pierde ni un ápice de vigencia, los ayuntamientos constituyen uno de los tres pilares del régimen democrático. Es en su nivel territorial en el que el derecho de los ciudadanos a participar en los asuntos públicos se ejerce de forma más directa. Es también en su ámbito en el que la Administración resulta más próxima, más cercana y mejor conocedora de la realidad, por lo que puede ser más eficiente que el resto de las Administraciones del Estado.

Pero el interés por estar presente en esta Vigésimo Séptima Asamblea, se acrecienta porque me consta que, aparte de otros asuntos habituales en las asambleas ordinarias, se abordará en ésta el trascendental tema del Proyecto de Ley de Reforma Local, el denominado como Proyecto de Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local. En estos últimos años, debido a la crisis económica, se ha abogado en todos los medios y desde todos los frentes, por la absoluta necesidad de una reforma profunda de las Administraciones del Estado, por un adelgazamiento de las administraciones públicas a todos los niveles. La ciudadanía nos demanda que gestionemos con criterios rigurosos de eficiencia y  nos plantea, desde luego, la ineludible exigencia de evitar insostenibles duplicidades.

La crisis económica, y el preocupante déficit consiguiente, habrían traído al menos este efecto positivo, el de racionalizar las estructuras públicas sobredimensionadas del Estado. De todo el Estado, y por ende las de los ayuntamientos, que también son estado, y que son los que atienden las necesidades más básicas de los ciudadanos.

En este contexto se sitúa el Proyecto de Ley de la Reforma Local, que con toda seguridad constituye la reforma más trascendente para los Ayuntamientos de cuantas se han elaborado desde la Constitución de 1978.

La Reforma se propone dar respuesta a reivindicaciones históricas de los ayuntamientos, como lo son, entre otras:

-    La de clarificar y acotar las competencias municipales propias, para evitar duplicidades con las competencias de otras administraciones,

-    La de dejar, en consecuencia, de asumir competencias que no les corresponden a los Ayuntamientos,

-    La de racionalizar la estructura organizativa de la Administración Local, de acuerdo con los principios de eficiencia y equilibrio presupuestario,

-    La de garantizar un control financiero y presupuestario más riguroso. Seguramente todos estaremos de acuerdo con la formulación general de estos objetivos, si bien se plantearán también legítimas alegaciones y discrepancias al Proyecto de Ley, en su tramitación parlamentaria, respecto a las medidas concretas en las que tales principios se desarrollan.

Todas las opiniones debes ser bienvenidas. En democracia es normal discrepar y plantear alternativas. Los parlamentos tenemos que facilitar ese debate. Debo abogar, en todo caso, por la necesidad de alcanzar un deseable consenso y acuerdo, al término del debate parlamentario, en torno a esta gran reforma. Todos sabemos de la creciente desafección de la ciudadanía hacia sus representantes políticos y también cómo una de sus causas, aparte de los casos de corrupción, reside en que los ciudadanos no entienden que no seamos capaces de aparcar la pelea partidista y conseguir acuerdos básicos en temas que, como éste de la Reforma de la Administración Local, tan directamente les afectan.

Un gran pacto de las principales fuerzas políticas, aparte de ser beneficioso en sí mismo, nos aportaría la credibilidad y confianza de los ciudadanos, de las que tan necesitados andamos sus representantes políticos en las actuales circunstancias. Quiero concluir, Sres. Alcaldes, dado que la ocasión me brinda esta oportunidad, con un ofrecimiento a todos los Ayuntamientos, y a ustedes como sus regidores.

Me refiero a una mayor participación de ustedes en la vida y funciones del Parlamento de nuestra Comunidad. La participación política, se ha insistido siempre en ello, no puede reducirse exclusivamente a votar cada cuatro años. Todas las instituciones hemos de estar muy atentas a las propuestas y sugerencias de los ciudadanos.

En nuestro Parlamento hemos puesto a disposición de la ciudadanía la plataforma informática “Parlamento Abierto”, a través de la cual los cántabros pueden participar en el debate parlamentario de los Proyectos de Ley y enviar sus propuestas a los Grupos Parlamentarios. Pues bien, en este contexto, el Parlamento os invita, de manera singular a los ayuntamientos, a que participéis activamente en la función legislativa que nos es propia, particularmente cuando las normas que debatamos os afecten de una u otra forma a vuestros municipios.

En estos momentos tenemos en concreto las leyes de cooperativas, eólica y de modificación del POL. El Parlamento, que es la representación más genuina de todos los ciudadanos, quiere se también vuestro altavoz y recoger vuestras sugerencias, aspiraciones e intereses, y reflejarlos en las normas que elabora. Y una reflexión antes de finalizar mi intervención. A mí me gusta viajar, y siempre que lo hago me fijo en el mobiliario de las ciudades que visito.

Y siempre me llama la atención que ya sea un país menos desarrollado que el nuestro o un país que lo está mucho más, en España el mobiliario urbano o la limpieza está mucho mejor. Eso quiere decir que en los últimos 35 años lo habéis hecho muy bien, pero también que no pasa nada porque ahora, en momentos de mayor dificultad, no sean necesarias mayores inversiones en estas cuestiones y sí mantener lo que tenemos, ya que seguiremos estando muy por encima de la media.  

Gracias anticipadas por poder contar con vuestra mayor participación, para la que os ofrezco mi compromiso personal y la de todo el Parlamento. Muchas gracias.