EL PUEBLO GITANO CELEBRÓ SU DÍA INTERNACIONAL EN EL PARLAMENTO DE CANTABRIA
El acto contó con la presencia del presidente del gobierno de Cantabria, Ignacio Diego, el presidente del Parlamento, José Antonio Cagigas, así como el presidente de la Plataforma de Asociaciones Gitanas de Cantabria Romanes, José Alfredo Vargas.
DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL PARLAMENTO DE CANTABRIA
Sed bienvenidos al Parlamento de Cantabria.
Celebramos hoy, por no haberlo podido hacer el pasado día 8, el Día Internacional del Pueblo Gitano. La fecha del 8 de abril, para la conmemoración de vuestro Día Internacional, se fijó institucionalmente en el Primer Congreso Mundial Gitano, celebrado en Londres en 1971, pues fue en ese día cuando se les reconoció a los millones de gitanos de todo el mundo la categoría de PUEBLO, con su historia e identidad propia, así como su himno y su bandera.
La Plataforma “Romanés” habéis querido celebrar un año más este Día Internacional en el Parlamento de Cantabria y lo considero un acierto por vuestra parte, porque el Parlamento es la casa de todos los cántabros y por tanto también la vuestra. Formáis parte de la población de Cantabria y el Parlamento representa a todos los que en Cantabria viven, sin distinción alguna por razón de raza o etnia.
Pero es además un acierto, porque el Parlamento encarna los valores del pluralismo, de la convivencia y de la integración, valores todos ellos que atañen de cerca a las aspiraciones del Pueblo Gitano.
El Parlamento vela con especial celo y cuidado por el cumplimiento de vuestros derechos y libertades constitucionales. El art. 14 de nuestra Carta Magna establece al respecto que todos los españoles somos iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquiera otra condición o circunstancia personal o social.
La Constitución vino así a proteger y amparar a la etnia gitana de siglos y siglos de racismo y de exclusión histórica y a reconocerle al Pueblo Gitano los mismos derechos y los mismos deberes que al resto de los ciudadanos.
Mucho se ha hecho, a partir de la aprobación de la Constitución en 1978, a favor de la integración y de la inclusión de la población gitana. Mucho en el reconocimiento de vuestra diversidad y de vuestras señas de identidad como pueblo.
Mucho en el aprecio de la riqueza de vuestras tradiciones, lengua, cultura, folklore y valores ancestrales: el de la libertad por encima de todo, el de la hospitalidad, el de la fe en la palabra dada y el del respeto a los mayores.
Persisten, sin embargo, discriminaciones reales en el campo de la educación, de la sanidad, del empleo, de la vivienda y en el de la consideración social, entre otros.
Los gitanos de hoy queréis participar en pie de igualdad en el bienestar social y en la modernidad de la sociedad española, estar bien preparados educativa y culturalmente, disfrutar de una vivienda digna, de un puesto de trabajo adecuado, participar en la representación política, en un palabra, tener las mismas oportunidades que la población no gitana. Y todo ello, sin tener que dejar de ser gitanos, sin perder vuestra identidad.
Uno de los problemas más acuciantes en el delicado momento en el que nos toca vivir es el del desempleo. La crisis económica está golpeando con fuerza en todo el mundo y con especial virulencia en nuestro país. Y la crisis se hace notar con más fuerza en los colectivos más vulnerables, como es el caso del pueblo gitano.
Estimo que, en buena medida, la causa de esta especial incidencia radica en las deficiencias educativas y formativas de la población gitana y a ellas quiero referirme, pues constituyen la clave de las discriminaciones a las que se ven abocados los gitanos. La educación de calidad es la mejor herramienta para evitar las desigualdades y la exclusión social y, en sentido positivo, la buena formación de la juventud gitana constituye la palanca para la inclusión y para la igualdad de oportunidades.
En el nivel de Primaria la situación es alentadora. Se han dado pasos importantes en las últimas décadas y un 94%
de los niños gitanos se encuentran adecuadamente escolarizados.
El punto de inflexión negativa se sitúa en el tránsito de la Primaria a la Secundaria Obligatoria (ESO) y en las serias dificultades a lo largo de esta segunda etapa. Los problemas se concretan en el absentismo escolar, típico entre los jóvenes gitanos de estas edades, en el frecuente y alto desfase curricular (el 70% de los niños gitanos acumulan un retraso de 2 o más cursos, tres veces mayor que el de los niños no gitanos) y, finalmente, el prematuro abandono escolar antes de concluir la Secundaria Obligatoria. La situación continúa siendo pues muy preocupante.
Tenemos que ser todos conscientes de que no reduciremos las desigualdades si las chicas y chicos gitanos no terminan los estudios de la ESO y, consiguientemente, no pueden promocionar a Bachillerato, a la FP y a la Universidad, estudios en los que la representación del alumnado gitano en nuestra región es insignificante.
Este es hoy el reto. El problema del abandono educativo de las chicas y chicos gitanos durante la Secundaria Obligatoria nos atañe a todos: a la Admón. Educativa, a los Centros escolares, a las propias familias, sobre todo, y a otros agentes. En este último caso se encuentra por ej. la Plataforma Romanés, que me consta viene luchando en este ámbito desde su creación. Es realmente muy preocupante que de forma generalizada las chicas y chicos gitanos no completen la ESO y las familias gitanas deben saber que esta circunstancia compromete el futuro laboral y el posible acceso a oportunidades profesionales dignas para sus hijos.
Es preciso superar viejos prejuicios. Las familias y los jóvenes gitanos tiene que asumir que si aspiran a un puesto de trabajo social y laboralmente digno, tienen que formarse en pie de igualdad al del resto de los jóvenes no gitanos.
Y todo ello en ningún caso supone menoscabo alguno para la propia identidad gitana. Muy al contrario, el mejor nivel educativo y formativo conllevan siempre un mejor aprecio y valoración de las señas de identidad gitanas: su lengua, sus tradiciones y su cultura.
Debo terminar con dos constataciones.
De un lado, el unánime apoyo del Parlamento a la integración de la comunidad gitana en la sociedad cántabra, frente a la sutil y persistente discriminación social de la que a veces es objeto. Dicha discriminación se traduce en recelos, desconfianzas, prejuicios y estereotipos que estigmatizan a los gitanos con ámbitos relacionados con lo delictivo. El Parlamento, sin diferenciación de adscripción política, será siempre beligerante frente a estas actitudes que en el fondo vulneran los derechos y la plena ciudadanía de los gitanos.
De otro lado, reconocer a la Plataforma “Romanés” su encomiable trabajo en las distintas áreas de intervención a favor del pueblo gitano. Y animarla a seguir volcándose, particularmente en todo lo que se refiera a la educación y a la formación, por las implicaciones que tienen para otros ámbitos como el del empleo.
Concluyo con el deseo de que la celebración de este Día Internacional del Pueblo Gitano constituya una buena ocasión para el reconocimiento de la historia, la cultura y las tradiciones gitanas y una llamada de atención contra cualquier tipo de discriminación hacia la comunidad gitana.