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El presidente del Parlamento, Joaquín Gómez, ha manifestado hoy que la muerte del artista José Antonio Barquín “sobrevenida como un rayo tras conseguir culminar su gran obra, la ‘Puerta de Cantabria’, nos deja huérfanos de su generoso talento vital y artístico”.

“Cantabria se despide hoy de un artista merecedor de nuestro reconocimiento, cuya obra cumbre hemos tenido el privilegio de acoger y exhibir en esta casa”, ha considerado.

 

A finales del año pasado, el Parlamento de Cantabria expuso la obra más emblemática y ambiciosa del artista. Una pieza escultórica de grandes dimensiones -tres metros de alto por dos de ancho- que representa acontecimientos y momentos de la historia de la comunidad, desde la prehistoria a la actualidad, a través de doce paneles distribuidos en dos hojas historiadas y un zócalo.

 

“El propio autor reconoció en la inauguración que su sueño era ponerla aquí, porque el Parlamento es la casa de todos los cántabros”, ha recordado el presidente, “por ello, su nombre y su obra permanecerán en la memoria de estas piedras que acogieron y cumplieron el deseo de un artista mayúsculo cuyo legado debemos preservar”.

 

Barquín trabajó con admirable paciencia y tesón durante cuatro años para construir esta obra, fruto de muchos desvelos. “La vida le concedió el aliento suficiente para terminarla y exponerla en este Parlamento”, ha evocado Joaquín Gómez, “y una vez alcanzado este sueño nos ha dejado de manera inesperada y dolorosamente temprana”.

 

José Antonio Barquín, nacido en Los Corrales de Buelna en 1958, estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona, donde posteriormente ejerció de profesor.
Su obra pública, esculturas y monumentos, suma una veintena de piezas en su mayoría instaladas en Cantabria y Navarra, los dos puntos vitales en su trayectoria artística. El monumento a la metalúrgica en la rotonda de Boo, o el del Pescador, en Astillero, son algunas de sus piezas más reconocidas.